No esperes …

Eso me dijo un buen amigo hace pocos días, no esperes que nadie te soluciones la vida. Sin duda, llevo mucho tiempo en esa convicción, en ese planteamiento de vida, pero de vez en cuando necesito el cariño, el apoyo y tener la sensación de no estar solo.

Hace ya unos años decidí que yo guiaría mi vida, tomaría mis decisiones y llevaría a cabo mis planes y objetivos, sin esperar nada de nadie. Con el tiempo me he dado cuenta de mi error. Está bien ser firme en tus planteamientos y tirar para adelante para conseguir tus objetivos, pero yo, como ser relacional que me manifiesto, necesito a los demás.

Necesito que mi entrono también sea comprensivo conmigo, que no condescendiente. Necesito que alguien de vez en cuando me eche un cable y me diga que no desespere, que todo llega cuando uno se lo trabaja. Necesito que alguien esté a mi lado por tener su calor y su aliento.

Necesito saber que no soy el único que se siente así.

Así me siento de humano, de vulnerable y de necesitado de mi entorno. Y en algunos momentos me pareció debilidad y flojera, pero no es así.

Gracias por estar ahí. Gracias por empujarme, por prestarme el hombro, o por simplemente regalarme un abrazo.

Sigo adelante, rumbo fijo y a pesar del viento en contra, llegaré a mi destino.

Jubilados en las Revueltas Estudiantiles

En los años 60, en nuestro país, los estudiantes se revelaban contra el sistema y luchaban por mejorar y conseguir derechos para su futuro y el de sus hijos.

Hoy, están jubilados, y luchan por sacar adelante a sus familias y salvaguardar el futuro de sus nietos y sus hijos.

De nuevo en lucha y hasta el cuello por los demás y por el futuro.

 

 

Muchos de los jubilados de este país, están facilitando y haciendo posible que muchas familias coman, los niños vayan a la escuela y la vida siga.

Gracias a ellos, se sustentan muchas familias, que e otro modo, estarían desahuciadas o en precario.

Es curioso, como se dejaron la piel para conseguir un futuro mejor, sacrificaron horas de estudio, ocio y diversión, dinero y tiempo, por lo que creyeron mejor para su entorno y la vida de sus hijos y nietos. Hoy, debe ser frustrante ver como poco a poco, algunos de esos derechos adquiridos con lucha y esfuerzo se han ido al traste. Y lo peor, ver como el estado del bienestar que consiguieron para todos, flaquea como pequeño árbol azotado por el viento.

Deberían estar disfrutando del descanso del guerrero vencedor, del esfuerzo ímprobo que han realizado durante años, tirados en la playa todo el invierno y en verano disfrutando de los nietos, y resulta, que se están dejando el tiempo y sus ahorros y pensiones en sacar adelante a sus familias.

Ahora son uno de los sustentos de nuestra sociedad, un pilar fundamental, sin el que nuestros sistema haría aguas por todos los frentes.

Escribo este pequeño post, para agradecer a todos su lucha de juventud y su tesón y persistencia en su jubilación.

GRACIAS A NUESTROS MAYORES!!!!

La política comercial

Hace unos pocos días he tenido que renovar el seguro de mi coche, y me ha llamado la atención la Política Comercial de la compañía con la que hasta ahora, y desde que me compré el coche, había tenido mi seguro.

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Hace unos años las compañías aseguradoras te rebajaban el importe de la póliza si no habías tenido ninguna incidencia durante el año, esto cambió hace unos años. Entiendo que tenían que buscar la fórmula para tener más beneficios al cierre del año, porque no le encuentro otra explicación. Antes vendían que “premiaban” a los conductores que no tenían ningún siniestro, lógicamente, no les suponía ningún coste, y sí un buen ingreso sin complicaciones cada año.

Hace un tiempo que observo que las compañías, y no sólo las aseguradoras, “no quieren” fidelizar a sus clientes, quieren captar nuevos y así engordar la cartera. Lo que hay que reconocer que han hecho muy bien, es hacerse prácticamente invisibles para los que ya tienen en cartera. Así, si no estás al tanto, te cargan el seguro, o la cuota, en la cuenta, ya que lo has domiciliado por “comodidad”, y no te acuerdas el día que te vence. Tienes una idea aproximada, pero es una de aquellas cosas que dejamos pasar.

Pues bien, como decía, han solventado muy bien la fidelización de su cartera de clientes, te lo cargan en la cuenta, y por “comodidad” de nuevo, no lo echamos para atrás. Su fuerza de ventas y sus promociones están centradas en captar clientes nuevos, y dejan que los que ya lo son se “fidelicen” solos. A los que ya son clientes de antes, se les suben los precios y no reciben ningún tipo de beneficio en forma de promoción o descuento, así se cubren, los que sí reciben, los que están siendo captados de nuevas.

Pongamos un supuesto, una compañía tiene 10.000.000 clientes al empezar un año, y durante el año, con campañas agresivas y descuentos promocionales captan 2.500.000 clientes más. Llevamos una cuenta que nos arroja 12.500.000 clientes durante el año. Después debemos restarle los que se van, pongamos que se van 300.000, por estar descontentos con el servicio. Tenemos 12.200.000. Finalmente, hacemos una estimación de los que sí se van, porque han sido captados por otra compañía, o se han dedicado a buscar la mejor oferta del mercado (que casi nunca la encontrarás en tu compañía); pongamos que son 800.000. Ahora tenemos 11.400.000 clientes. Al cierre del año hemos incrementado nuestra cartera en 1.400.000 clientes, cosa que no está nada mal si lo multiplicamos por la cuota que paga cada uno y se la sumamos a las que ya tenemos.

Esa es la Política Comercial que han decidido adoptar en la gran mayoría de las empresas que dan servicios masivos, aseguradoras, gimnasios, canales de TV de pago, subscripciones a revistas, telefonía móvil, etc..

Sin duda es eficaz, tiene beneficios y han reducido el coste de los descuentos a clientes, ya que el grueso de sus carteras no tiene promociones o descuentos.No premian la fidelidad, sólo la desean, e indudablemente la consiguen, en parte, con las técnicas que he comentado antes.

Además, estamos hablando de que la competencia es pequeña, con lo que se pasan a los clientes de uno a otro, y los acaban recuperando al cabo de un tiempo, cuando se cierra el círculo de empresas que ofrecen ese servicio. La telefonía móvil es uno de esos casos, pocas compañías y millones de usuarios. Aunque éstas, están solventado este asunto, con los programas de puntos, y con los contratos de permanencia.

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Al fin y al cabo, lo que están haciendo es sustituir los métodos tradicionales de fidelización, por estos nuevos sistemas, que garantizan la continuidad de los clientes en sus carteras, pero desde mi punto de vista, no fidelizan. El cliente no se siente de esa compañía.

Lo que no sé si contemplan, es la sensación que dejan al cliente que se va por tener peor precio que el que acaba de llegar, o el sabor de boca que se te queda cuando no aprecian tu trayectoria de años como cliente rentable. Evidentemente, todo esto está contemplado, y de momento les compensa hacerlo así.

Creo que el enfoque de corto plazo que se ha instalado en la mayoría de organizaciones, tendrá su rendimiento inmediato, pero a medio y largo plazo provocará clientes descontentos o “subasteros” (clientes que se venderán al mejor precio). Esto obliga a bajar precios y ajustar condiciones, y en no mucho tiempo, perder los márgenes. Vender por precio tiene su mercado, pero creo que olvidan al cliente que quiere algo más.

De momento, en busca del mejor precio. Luego, ya veremos.

 

Mejor así, la crisis es un mito

Ayer volviendo de viaje escuché en la radio una interesantísima encuesta.

Habían preguntado a niños y niñas sobre la crisis.

Las respuestas son atronadoras y toda una lección de positivismo.

Una de las palabras que menos les gusta escuchar es "crisis".

Notan, sienten y padecen la crisis en su día a día, dicen que sus padres están de peor humor, más irascibles y que les brindan menos atención desde que empezó esta fiesta global en la unos pocos se enriquecen y unos muchos se empobrecen a pasos agigantados.

Perciben el mal estar de sus padres, el estrés y la sensación de impotencia de sus progenitores. A veces pensamos que no se enteran de qué va la película, inocentes criaturas, nosotros, claro.

Pues bien, ellos proponen un par de recetas, bastante asequibles y fáciles de llevar a cabo.

Proponen más tiempo juntos en familia, con mejor rollo. Risas, buen humor y cariño entre todos los componentes del grupo o familia.

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Están dispuestos a sacrificar, atención, chuches, cromos, cuentos y caprichos innecesarios. Porque dicen " hay que ahorrar y todos debemos ayudar".

Les preocupa tanto el asunto, que están dispuestos a sacrificar sus más grandes vicios por el bienestar familiar.

Pero lo más fascinante, y lo repito de nuevo es que para ellos la crisis es el malestar y poco cariño que reciben o perciben en casa. Para ellos la falta de dinero es una causa de su crisis. Se sienten impotentes para luchar contra lo que ven que a sus padres les está convirtiendo en malhumorados y poco sensibles individuos.

Reír mucho en casa todos juntos, es su conclusión y la solución a todos nuestros problemas, según ellos.

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Esto, al menos, merece una reflexión. Merece que tengamos en cuenta que ellos están padeciendo nuestras preocupaciones y nuestro estado de tensión.

Si no podemos desterrar nuestros problemas económicos por razones externas a nosotros, al menos cambiemos nuestra actitud, ser positivo nos hará sentir mejor, nos facilitará cambiar el punto de vista y sobre todo, a ellos les hará felices.

Ponedlo en marcha, YA!!!!

El paro, nada nuevo

De nuevo las cifras del paro en España suben, más gente sin trabajo y menos gente cotizando a la seguridad social.

¿Dónde vamos?

¿A dónde nos lleva esto?

¿Qué están haciendo nuestros dirigentes?

¿Qué hacemos nosotros?

Tremendas preguntas, y con una muy difícil respuesta. LO que cada día tengo más claro es que nuestros dirigentes, los de ahora y los que estaban hace dos días, no consiguen resultados, al menos a corto plazo. Esto nos pone en una situación muy compleja.

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Cada día más familias dejan de ingresar uno o los dos sueldos que entraban en casa. Ya no es una cuestión de vivir mejor o peor, es simplemente una cuestión de vivir o no.

En teoría todos debemos tener una casa, un trabajo y una vida, todo esto digno según la constitución, una constitución que cuando hace falta nos la pasamos por el arco de triunfo.

Pues bien, hay familias que no tienen, ni trabajo, ni casa, ni nada que comer, y además deben un montón de dinero a las entidades financieras. ¿Qué pueden hacer?

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No soy un entendido en economía, pero tengo una sospecha, y es que si siguen cercándonos con impuestos, bajándonos los sueldos y subiendo los precios, la cosa no va a mejorar.

Se habla de la reactivación de la economía. No creo que las medidas que se tomó el gobierno anterior, ni las que está tomando este vayan a reactivar nada, como no sea una revolución del pueblo. Simplemente no entiendo como la obsesión por disminuir el gasto público, y que el estado no esté endeudado, nos va a llevar a recuperar ligeramente el consumo y a crear puestos de trabajo.

En mi poco entendimiento de macroeconomía y mi absoluta ignorancia del funcionamiento de este sistema, no veo ningún atisbo de posibilidad de salida del hoyo, si no al contrario, creo que cada vez es más hondo.

Siguiendo con mi simplificación del asunto, si no tengo, no gasto, si no consumo, no muevo el dinero, y si no lo hago tampoco provoco que la industria, los servicios o la agricultura y la pesca vendan un clavel. Con lo que si no se vende nada, las empresas no necesitan trabajadores, y por tanto se van a la calle o cierran la empresa. En consecuencia, hay más gente que o tiene y por tanto no puede gastar, por lo que la bola se va haciendo, más y más grande.

Estoy perdido, no veo el final del túnel.

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Tengo claro que el despilfarro y el festival de gasto que tuvimos años atrás no volverá, y que hay que hacer ajustes importantes. Trabajar más por un poco menos, pretender tener menos y olvidarnos de la opulencia y la gran vida. Pero nos hemos pasado de frenada, ahora hay gente, familias enteras que no tienen ni para comer, ni para abrigarse, ni para nada. ¿Qué alternativas tienen?

Me preocupa la situación, y me preocupa la indiferencia de muchos. Me preocupan "los mercados" que nos tienen agarrados por el cuello y nos hacen bailar a placer. Me preocupa que muchos no puedan estudiar, ni investigar, ni tener las condiciones necesarias para crear y generar conocimiento.

Nos empujan a la economía de supervivencia, y eso limita y asfixia.

¿Cuándo va a acabar esto? Pues nunca, vivimos otra realidad, y la única solución es afrontarlo. A pesar de esto, si los que manejan el barco no definen de una vez el rumbo, no podremos ni adaptarnos a la nueva realidad.

Cuando nos van a apoyar de verdad y van a dejar de salvar su culo estirado. No veo acción, no veo reacción, no veo ideas, no veo capacidades, no lo veo.

Sigamos preocupándonos del fútbol, del congreso del PSOE, de salir bien en la foto, y demás estupideces, que lo único que consiguen es enturbiar el camino y hacernos olvidar por unos momentos que lo único que nos saca de esto somos nosotros mismos, remando con más fuerza que antes y exigiendo lo que nos merecemos: responsabilidad y trabajo por parte de todos.

La necesidad, el ajuste

De nuevo reitero mi idea de ajustar mis necesidades reales con mis necesidades aparentes.

Estamos pasando unos momentos muy complicados y difíciles, en los que perdemos poder adquisitivo, capacidad de ahorro, y tenemos que dejar de hacer un montón de cosas que hasta ahora formaban parte de nuestro día a día.

Hasta ahora, hemos sido capaces, ya sea por nuestros sueldos, nuestras inversiones, por herencias, o por la razón que sea, de mantener un ritmo de vida con todo lujo de cosas, cositas y demás "vicios".

 

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Ahora, los mortales, o gente trabajadora lo tenemos crudo y o no tenemos trabajo, o nuestros sueldos se han ajustado escandalosamente, o hemos dejado de percibir "extras", o simplemente se ha encarecido todo a nuestro alrededor. Y no es que hayan subido tanto los precios, pero no nos llega para pagar según que cosas.

Así pues, no nos ha quedado más remedio que ajustar y liberarnos de aquellas necesidades aparentes. Necesidades aparentes como 2 vacaciones al año a todo lujo, "sin reparar en gastos que estamos de vacaciones". Como un cochazo grande, amplio y con un motor gigantesco que gasta como un demonio. Como un lujoso piso en el centro + apartamento en la playa, "para qué nos vamos a privar de nada". Y un largo etcétera de cosas, cositas y cosazas que nos hacían la vida mucho más agradable.

 

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Pero retomo el término necesidades aparentes, para plantearos que no son necesidades reales, nos las hemos / nos las han creado en base a un canon de vida ficticio y basado en el consumo sinfín y en el gasto abusivo.

Pedir un crédito para ir de vacaciones era normal hace tres años. Pedir una ampliación de hipoteca (a 30 años) para pagar un bien como un coche, cuya vida útil no supera en la mayoría de los caso los diez años, era normal. Pedir otra hipoteca para comprarnos el apartamento en la playa o a pie de pistas, era normal.

Pues parece que todo esto se ha acabado, sin tener en cuenta a la gente que ya no tiene casa, porque no puede pagar la hipoteca, y sigue teniendo una deuda impagable con su entidad financiera. O la gente que tiene que acudir con su familia a los centros de acogida para comer caliente. Esto ya es muy grave.

Eso es mucho más grave, pero oigo gente quejarse por no poder seguir manteniendo esos lujos, o necesidades aparentes que decíamos antes.

Paremos, pensemos, reflexionemos. ¿Qué pasa si no puedo irme a esquiar este año? ¿Qué pasa si no tengo el último modelo de mi marca favorita de coches en la puerta de casa?

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¿Qué pasa si no me puedo ir a comer a los mejores restaurantes? ¿Qué pasa si no puedo ir a un hotel quince días en verano? ¿Qué pasa? Pues realmente no pasa nada.

No pasa nada de nada, seguimos siendo personas que tiene amigos, familia, hobbies que podemos pagar, como leer, ir al cine o pasear. Seguimos teniendo un techo y un coche que nos lleva al trabajo o la montaña, o a la playa.

A nosotros no nos pasa nada, simplemente, tenemos que realizar un ajuste. Dejar aparcados nuestras necesidades aparentes, para retomarlas cuando podamos. A lo mejor podemos ir a cenar a los mejores restaurantes una vez al año, pues bien, a lo mejor sólo podemos ir a esquiar cada 3 años, pues bien, bien porque podremos seguir haciéndolo.

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Hay dos maneras de conseguir mantener nuestros pequeños lujos, una, ahorrando y la otra disminuyendo la frecuencia. Seguramente hay más, pero estas dos son bastante eficaces.

A pesar de todo, pensemos de nuevo en los que duermen debajo del puente, o que comen caliente una vez a la semana. O peor, vayámonos fuera de nuestro país, hay gente que no se puede ni plantear comer todos los días, ni aprender a leer, ni beber agua fresca en verano, ni tantas y tantas cosas que tenemos y no valoramos.

Hay que hacer un ajuste, esa es la necesidad real. Y seguro que podremos seguir siendo felices. Disfrutaremos mucho más de las pequeñas cosas.

Probad a ver.

Economía de crisis

Economía de crisis es lo que hizo mi abuela durante toda su vida.
Tenía una serie de principios básicos e inquebrantables para mantener su escuálida economía familiar.

El primero de todos y que hacía de paraguas para el resto era “no gasto lo que no tengo”. A primera vista, podríamos pensar que es lo que hacemos todos, pero ella lo llevaba hasta el extremo. Sólo pidió dinero a un banco para comprarse una casa. A pesar de eso, llevaba años ahorrando para tener que pedir lo menos posible.

Hoy en día podemos financiar desde el frigorífico hasta las vacaciones. Esto hubiera sido incomprensible para mi abuela. Si no había dinero para vacaciones no se hacían.

Otro de sus eficaces principios era “compra siempre la oferta más barata”. Era capaz de comprar dos o tres cosas en cada tienda del barrio, y sólo las que estaban de oferta. Se hacía un vía crucis por todo el entorno consiguiendo siempre los mejores precios. Realmente hacía un estudio de mercado a fondo, que actualizaba todos los lunes.

Otro, “compra sólo lo que necesites”. Si lo pensamos bien, hoy en día cuando cualquiera de nosotros va a la compra, y aunque llevemos la lista de lo que necesitamos, acabamos comprando un sinfín de caprichos y chucherías. Si echamos cuantas cada vez que llegamos a casa con la compra y sumamos las cosas que no son necesarias del tique, os vais a asombrar de lo mucho que somos capaces de gastar en fruslerías.

Otro principio básico en su economía era “esto se compra una vez al mes, cuando se acabe, no hay mas hasta el que viene”.
Esto quería decir que había que distribuir bien los suministros a lo largo de la mensualidad. Esto lo aplicaba a los productos de segunda necesidad, como por ejemplo, las galletas o el chocolate.

Básicamente eran una serie de normas básicas y muy sencillas que podemos extrapolar en gran medida a nuestra economía del hogar actual, incluso se podría, con las modificaciones convenientes, aplicar al país.

Para mí, su mejor técnica de ahorro, porque cada mes le daba para ahorrar un pellizquito, era la de apartar el dinero en cuanto llegaba la paga a casa. Esto le daba para cubrir todo los gastos del mes, guardar una parte para imprevistos, nunca se sabe si se va estropear la nevera o habrá que cambiar la lavadora, y para dar algo a los más necesitados. Ella creía que siempre había alguien que podría necesitar una ayudita para pasar el mes, desde el vecino del cuarto, a la señora esa de la parroquia que va limpiar por las tardes.

Así pues, ello no ahorraba lo que le sobraba al final del mes, lo apartaba antes para que le sobrara seguro.

No recuerdo que jamás se pasaran estrecheces en su casa, a pesar de lo poco que entraba cada mes. Ella decía que el haber pasado una guerra y mucho hambre, le había dado la capacidad de apañarse con lo justo. Siempre se comía de maravilla en su mesa, y nunca faltaba de nada. Jamás en su vida dejó de pagar ni aplazó ningún recibo. Nunca después de la guerra y la post-guerra volvió a pasar hambre ni frío.
Siempre gastó lo justo y necesario para vivir. Y aún así, le sobró dinero al final de su vida.

Esta serie de principios anecdóticos podrían ser la base de las economías de nuestros hogares. La crisis está haciendo mella en nuestros ingresos, y en algunas familias se está pasando francamente mal, con uno o varios parados bajo un mismo techo.

Es cierto que la cosa ha cambiado desde entonces, pero estoy seguro que si mi abuela viviera hoy, sería capaz de hacer lo mismo que hacía, adaptando su economía a los tiempos que corren.

Busquemos la forma de simplificar nuestra economía lo máximo posible. Pensemos antes de comprar, si nos hace realmente falta, o es un simple capricho del que podemos prescindir. Guardemos para los imprevistos, cada uno en la medida de sus posibilidades. Acostumbrémonos a vivir más austeramente. El consumo nos ha atrapado, y sin crisis era muy llevadero, incluso placentero poder gastar sin mirar mucho, pero ahora hay que pensar si hace falta apretarse el cinturón y buscar un nuevo enfoque para seguir adelante.

Retorno a los orígenes

A raíz de la crisis que estamos padeciendo, y el incierto futuro que nos espera una vez pasado el vendaval económico, me planteo la siguiente cuestión.

¿Por qué no volvemos al campo?

En realidad no todos, pero creo que hay parte de la población que podría optar por esta alternativa.

Es cierto que somos animales de costumbres, y que sacarnos de la ciudad e irnos al campo, nos parece fantástico durante unas vacaciones o un estupendo fin de semana. Pero irse a vivir allí todo el año, es harina de otro costal.

A pesar de esto, también sabemos que somos capaces de adaptarnos a nuevos medios sin que nos resulte un trauma irreversible y de por vida.

La vida en el campo, no es tan dura como antes. La modernización de la maquinaria, la tecnología disponible y la cercanía de las grandes ciudades, pueden hacer mucho más llevadera la vida que antes era tan dura y sólo para algunos pocos soportable.

Frío en invierno, calor en verano, jornadas interminables de trabajo físico, manos duras como la piedra, y una piel curtida por las inclemencias de la vida a la intemperie.

Ahora, esta vida casi imposible, se ha suavizado mucho, y hace posible que mucha de la gente que vive en las grandes capitales pueda plantearse seriamente hacer la migración a los orígenes de las sociedades que conocemos hoy en día.

La vida en el campo plantea varias ventajas importantes contra la vida en la “city”.
En primer lugar, una de las grandes losas que sufrimos hoy en día, el pago de la hipoteca para la vivienda. En las zonas rurales, el precio es hasta un 70 % más barata, o por el mismo precio tenemos un confortable y espacioso caserón.
La vida, en general es mucho más barata, la compra se puede reducir hasta un 30 %, sin tener en cuenta, que toda buena casa de campo que se precie, tiene su huertecillo y sus cuatro gallinas.
Los desplazamientos en coche son mucho más cortos y seguro, sin atascos. Por tanto el gasto en combustible se puede llegar a reducir hasta un 60 – 80 %.

Podríamos decir que el ahorro de costes que tanto nos preocupa en los tiempos que corren, es muy importante en la vida rural.

En segundo lugar debemos contemplar otro asunto que sólo nos ocupa cuando nos falla, la salud. La vida rural es menos intensa i estresante que la de la urbe. El ritmo más pausado, a veces desesperante para los de ciudad cuando vamos los fines de semana, mucho más sano para nuestro corazón y nuestra mente.
En el campo se dispone de mucho más tiempo para todo, la lectura y la vida contemplativa, son posibles sin estrictas agendas para sacar una horita de vez en cuando para estos menesteres.

Es verdad que el clima es más duro, pero las viviendas de hoy en día están perfectamente climatizadas y adaptadas a la vida acomodada que se cree tener en la ciudad.
La ropa también ha evolucionado mucho. Ya le hubiera gustado a mi bis-abuelo disponer de un forro polar, o un gore-tex cuando salía a pescar, o iba al campo a arar.

Así, podemos ver que lo de emigrar al mundo rural, tiene sus ventajas, aunque también sus desventajas. Pero por que no planteárselo, al menos poner la opción encima de la mesa y darle un tiempo de reflexión y valoración.

Lo veo como una alternativa muy razonable para gente que se ha quedado sin trabajo y las está pasando canutas para sacar adelante una familia o a sí mismos.

¿Por qué no?

Genéricos

Ayer el ministerio de que preside Trinidad Jiménez y las comunidades autónomas llegaron a un importante acuerdo en materia de sanidad. Una importante reducción de gastos basada en una central de compras para material sanitario, la congelación de las plantillas y los salarios en el sector público de la sanidad y un ambicioso acuerdo en el apartado de farmacia.
El cálculo que realizan desde el miniterio se tarduce en un ahorro de unos mil quinientos millosnes de euros al año. La verdad, no está nada mal.
Lo que echo en falta en este importante acuerdo es un asunto que ya he visto en otros países y que funciona perfectamente.
También es referente al apartado farmacia. En países como Alemania, los medicamento se sirven según la necesidad del paciente o la receta que estipula el médico. Es decir, si el médico receta un tratamiento de 4 días, a una cápsula cada 8 horas, en la farmacia te dan un paquetito con 12 cápsulas, que es justo lo que necesitas para tu tratamiento, ni más ni menos. El resultado es evidente, no se tiran medicamentos y se paga lo que necesitas, no el exceso que han decidido las empresas químicas.

Es una medida simple y eficaz, el ahorro es multimillonariotanto tanto por parte de la sanidad, como por parte del consumidor o paciente.
Lo que no tengo claro es por qué no se ha planteado esto en este importante acuerdo, teniendo el referente de otros países y los buenos resultados que ya está dando. Esto me hace sospechar que los intereses de las farmacéuticas abarcan y controlan un nivel de poder que no es tan fácil manejar desde las altas esferas de nuestros gobiernos.
¿Qué ocurre realmente?
¿No interesa, y a quién?

La corrupción

La corrupción inunda los medios de información, eso sí, dejan muy claro que no son todos los políticos los que están metidos en el meollo.

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Pues la verdad, no me deja nada tranquilo. Aunque sean en proporción, unos pocos, la cosa no pinta muy bien.
Un político es, o debería ser, una persona entregada al servicio público, a su labor como representante electo del pueblo que ha depositado en él su confianza, y por lo visto no en todos los casos es así.
Todos son presuntos (jamón de cerdo, en portugués, no sucedáneos de pavo ni cosas de esas, de cerdo, cerdo) los que han metido la mano en la olla, hasta que salga la sentencia, y aún así cabe recurso ante el constitucional, por lo que en realidad son presuntos por mucho tiempo, algunos tanto que son olvidados antes de dejar de ser presuntos.
Los dos mangantes de CIU (perdón, ex-CIU desde hace la retorta) son reconocidos públicamente en aquellos lares como reincidentes.
El pobrecillo alcalde de Santa Coloma del PSOE fue pasto de las circunstancias del cargo, a todos nos puede pasar, claro.
Lo del caso Gürtel tiene tanta chicha que no sabes por dónde empezar a trocear el pastel.
Y tantos otros que van y han ido saliendo desde hace unos años.
Casualmente, el entramado corrupto coincide con un momento álgido de la economía del país, en concreto con el boom del mercado inmobiliario. El mercado inmobiliario crece y crece durante los últimos años como la espuma y produce suculentos beneficios a pequeños y grandes inversores (especuladores la gran mayoría). El mercado inmobiliario florece por terrenos y lares dónde antes reinaban los pastos o los descampados dónde jugaban los chavales. Crecen edificios en los lugares más recónditos de toda la geografía, incluso en parques naturales protegidos o en zonas de alto valor ecológico. Pero al fin y al cabo este era el motor de nuestra floreciente economía, y nos situaba en los primeros puestos, entre los países más ricos y productivos del mundo. Hasta que un día el sol salió por otro lado, como en aquella memorable película «Amanece que no es poco» y la cosa se torció.

La cuestión es que ahora afloran un montón de tramas, empresarios y gente de muy recomendable compañía que no tengo muy claro por qué razón no han seguido en la sombra untando al «untable» y llenándose de pasta gansa el bosillo sin fondo de sus impagables trajes.
No sé si es que hay menos a repartir y los «untables» siguen pidiendo su diezmo, o que simplemente se han cansado de hacer negocios juntos y han soltado la bomba en algún medio de comunicación ávido de información partidista y con ganas de perforar hasta tocar fondo.
La decepción en la ciudadanía es grande y aún sabiendo que no son todos, ni mucho menos, el hartazgo por los políticos y el politiqueo del país, es grande. Esto debería llevar a una radical desmotivación a la hora de ir a votar, pero sabemos que cuando llegue el momento, los partidos sabrán incentivar debidamente la ida a las urnas con la papeleta de uno u otro color. El miedo a que gane el otro es uno de los incentivos más poderosos, y el odio y el desprecio son motivadores momentáneos pero muy útiles en una elecciones generales.
Estoy convencido de que una participación ridícula, sabrían manejarla adecuadamente desde cada uno de los partidos en su favor y no sería de gran utilidad.
Con todo lo expuesto pienso que habrá, a pesar de los grandes partidos y sus grandes estrategias, una participación menor en las próximas elecciones, y que no sabrán sacar una lectura crítica y motivadora para dar un giro en el estilo y en sus sistemas internos, para mejorar su funcionamiento y recuperar la vocación de servicio real que deberían tener desde mi punto de vista.

Nucleares NO, Gracias ???

Hace muchos años se acuñó este eslogan en contra de la apertura de nuevas centrales nucleares en nuestro país, y de la utilización de este tipo de energía.

NUCLEARES NO, GRACIAS

Los tiempos han cambiado, y parece que nuestra clase política tomó conciencia del asunto y han hecho el eslogan suyo. Actualmente el gobierno no se plantea abrir ninguna central nuclear nueva, además de ir cerrando las que ya existen en nuestro país.
No sé si es lo acertado, pero desde mi punto de vista, no lo es.
Las centrales nucleares han evolucionado mucho, son más seguras y limpias. Producen una energía que tiene, eso sí, un resíduo altamente contaminante, con el que todavía no tienen muy claro qué hacer y cómo se elimimna. Pero han mejorado mucho los contenedores de residuos nucleares, y aguantan infinidad de años estancos y seguros.

Mi dilema es que en nuestro país hace falta una alta producción de energía que no somos capaces de producir con nuestros sistemas actuales. Las energías limpias (eólica, solar, etc) no dan todavía el rendimiento para sustituir al resto de productores de energía que utilizamos, las centrales nucleares sí dan un alto rendimiento energético.
Nuestras centrales térmicas producen una cantidad ingente de CO2, que va directo a la atmósfera y es altamente contaminante, las centrales nucleares no tienen ese problema.
Tenemos mucha dependencia de energía del exterior, no producimos nada y compramos fuera de casa lo que necesitamos, que es mucho. Esa necesidad de comprar al exterior, nos hace dependientes del mercado y de las presiones de los dueños de la fuente. Hemos visto el caso ruso con Gazprom, cerrando el grifo del gas a los países del nor-este de Europa, como el que cierra el gas antes de salir de casa.

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Así, Alemania y Francia tiene proyectadas una cuantas centrales nucleares para que el monstruo ruso no les tenga cogidos por el cuello. Quieren eliminar parte de su dependencia energética del exterior a pesar de haber reconocido en su momento que las centrales nucleares no eran la solución a la demanda energética.

Así, está claro que es necesario seguir buscando alternativas a la alta demanda energética de nuestro país, pero mientras tanto y en el medio plazo, ¿por qué no construir algunas centrales nucleares para cubrir la demanda actual y la del futuro inmediato?
Además la construcción de las centrales daría trabajo a muchísima gente que ahora está en el paro después del pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Además generaría en su puesta en marcha unos puestos de trabajos bastante estables y riqueza en las zonas de establecimiento, debido al alto poder adquisitivo de los trabajadores de las centrales nucleares.

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Así pues creo que se debería seguir desarrollando medios de proporcionar energía limpios y altamente eficientes, pero también creo que la construcción de cinco o séis centrales nucleares en nuestro país, es necesaria.
Aún así confío en que algún día podremos eliminar de la faz de la tierra las centrales nucleares y disponer de medios casi naturales para producir la energía necesaria y justa y no la indecente e incontrolada demanda energética que seguimos teniendo.

Un nuevo paisaje

Llevamos tiempo escuchando que el gobierno tiene que invertir importantes cantidades de dienero para que no se hunda el sistema financiero español.
De repente me ha dado la locura y me he puesto a pensar ¿qué pasaría si?

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Esto es una simple idea, no dispongo de los datos exactos y por tanto no puedo afirmar con rotundidad que lo que voy a exponer sea viable, pero vamos a pensar un poquito en esta alternativa.
Pues bien, ahí va mi descabellada idea, loca y posiblemente imposible de llevar a cabo, pero pensar es gratis.
¿Qué pasaría si parte de esos 47.000 millones de euros se repartieran directamente entra la población que habita este país?
Las condiciones de esta entrega deberían ser las siguientes. Primero, pagar cada uno la hipoteca de la vivienda o viviendas en propiedad; en principio esto debería dejar prácticamente todas las hipotecas personales liquidadas. Segunda condición, todos los socios de las pequeñas y medianas empresas deberían inyectarparte de lo recibido en su empresa. Tercera condición, todos los importes no invertidos en hipotecas, en relanzar negocios o crear empresas, deberían ser depositados en las entidades financieras.

Hasta aquí el enunciado de mi locura. Veamos ahora algunas de las implicaciones de este movimiento.

Las entidades financieras perderían una gran fuente de ingresos al perder las hipotecas, pero por otro lado tendrían una entrada importante de recursos, lo que no frenaría su crecimiento.
Las pequeñas empresas recibirían por parte de sus socios una importante inyección de capital.
La gente recuperaría poder adquisitivo, y en algunos casos lo incrementaría sustancialmente. Esto implicaría una reactivación del gasto en las famílias, y por tanto una reactivación del consumo.

Evidentemente, hay muchas más implicaciones, pero propongo que las comentemos entre todos.
Decidme qué os parece esta locura, proponed más alternativas, criticad mi posición, dehaced mi teoría.
Busquemos nuevos paisajes para nuestros problemas, busquemos alternativas para la crisis que nos azota y nos tiene acongojados.

paisajes

La actitud valiente

En los tiempos que corren, el futuro es para los valientes. Los valientes que apuestan por innovar, por cambiar, por buscar alternativas creativas, por invertir en lo novedoso. Juan Carlos Cubeiro escribió ayer sobre el tema de la actitud, una entrada muy interesante que recomiendo leer.
Hace unos días mi querido amigo Rubén Turienzo escribió una entrada «la lección que me perdí» que junto a la entrada de Juan Carlos Cubeiro han inspirado este post, también hablaba de valentía, pero distinta de la que comentaba Juan Carlos Cubeiro en su blog. Rubén hablaba de la valentía de vivir plenamente, de sentir con todo el cuerpo y el alma, entregado plenamente. Él dice, me gusta vivir, y estoy con él, a mí también me gusta vivir y disfrutar de las cosas que me ocurren cada día, cada momento, cada rayo de luz y de color que pasa por mi vida.
Ir contracorriente, no porque sí, si no por convicción, por cambiar, por buscar la diferencia y la innovación, eso es ser valiente, no dejar de proponer, mover, movilizar. Mrar a tu alrededor, otaear, escrutar en tu entorno, ahí están las cosas fabulosas que te pueden servir de trampolín para dar el salto havia arriba.
Haz algo distinto, renueva tus ideas. Pruébalo en tu empresa y en tu vida. Pon todos los sentidos en el cambio.
Ser valiente no es nada fácil, por eso los valientes triunfan, porque no todos nos atrevemos.

La convicción de que algo es especial o diferente, la diferencia con todo lo que ya existe, pero sobre todo la sencillez, las cosas simples, La grandeza de las cosas simples» como díria mi amigo Rubén.
EL TALENTO, es una de las claves del triunfo, y para potenciar y desarrollar el talento se requiere una alta dosis de valentía.

La Navidad

Esta canción que es un poco bestia, pero representa y critica los ambientes de estos días de fiestas navideñas, me trae muchos recuedos de juventud. La he bailado, cantado y coreado unas cuantas veces. Me gusta y la dejo aquí como contramuestran de las felices navidades.
A pesar de todo, felices días a todos. Amor y buen rollo pra todos los que quiero.

Las medidas del Gobierno

Ahora ya se han aprobado las medidas del gobierno, que se supone que deben reactivar la economía nacional.

Pymes y autónomos (las grandes empresas también) esperan crédito por parte de las entidades financieras, pero parece que la cosa no acaba de arrancar.

La pasta está asignada a salvar el mundillo financiero, ahora habrá que ver cuáles con las medidas de control para que los euros no se esfumen como ya ha ocurrido en algún caso en los EUA.

Los altos ejecutivos de AIG, se fueron a celebrar que el gobierno estadounidense les había salvado el culo y se gastaron una indecente cantidad de dinero en un fin de semana de ocio y gastronomía de alto lujo.

A ver qué es lo que ocurre por aquí. Supongo que el Gobierno no será tan pardillo como la administración Bush, y pondrá medios para evitar el cachondeo y el escarnio con la gestión del dinero de todos.